lunes, 3 de diciembre de 2012

La unidad de la izquierda, ¿una utopía?

"Es necesario que haya un debate en el seno de la izquierda, que se organice una Quinta Internacional en la que se olviden viejas cuitas que no nos llevan a nada, y se elabore un Programa Común, exportable a Europa para su contraste"

GABRIEL GARCÍA SÁNCHEZ Que estamos en un mundo cambiante, en el que todas las cosas suceden mucho más rápido que antes, es algo que ya sabíamos y que, por tanto, había que buscar soluciones con más rapidez que antaño. Pero la velocidad de los cambios ha ido in crescendo de tal forma que no tenemos tiempo para asimilarlos, y mucho menos para darles respuesta.

Si nos retrotraemos a la época en la que el movimiento obrero, poco a poco, y a través de las sucesivas Internacionales se produjo su fragmentación en varias ideologías o partidos (anarquista, socialista, comunista y trotskista) ha llovido mucho y nadie se ha tomado en serio que la situación ha ido cambiando, y no ha habido ni un intento de debate en que el movimiento obrero (en estos momentos habría que llamarlo La Izquierda), haya dado un paso para analizar y debatir qué debe contener su programa; es decir, nadie ha pensado en sentar unida alrededor de una mesa a la izquierda para buscar nexos de unión que nos puedan llevar a un punto común consensuado.

La derecha, más pragmática, pues se une por intereses y no por ideales, en mucho menos tiempo ha sido capaz de ahormar una propuesta, en un principio el liberalismo, que al menos ha permitido ´respirar´ a las clases más pobres cuando ha ejercido el Gobierno, pero poco a poco ha ido evolucionando hacia el paradigma neoliberal, mejor neocleptómano, cuyas políticas salvajes iniciadas por Reagan y Thatcher y continuadas actualmente por la Merkel y otros, están llevando a la asfixia vital no solo a las clase más humildes; también las llamadas clases medias sufren su azote cruel. Bajo su mandato y con los poderes fácticos, que son los que dirigen la economía, están llevando a la humanidad a una situación en la que las desigualdades son cada vez mayores. Nadie escapa ya a su opresión, y tenemos que pensar que esto no acaba aquí, cuando termine la actual crisis, si es que termina, provocarán otra y así sucesivamente, y como a su vez les importa poco lo que ocurra con el medio ambiente, el horizonte que se observa en estos momentos no puede ser más desalentador.

Y, mientras tanto, los partidos de izquierda, si tomamos la Transición democrática como referencia, se han limitado a elaborar sus propios programas y proyectos, pero siempre dándose la espalda, y uniéndose, no siempre, para formar Gobiernos. En estos casos hay que decir que, como siempre ocurrirá, el talante de las personas ha tenido mucho que ver. En ningún momento nadie se ha planteado realizar una reflexión conjunta y un programa común. La inercia cotidiana ha hecho que no se haya dado un paso para pensar en una ´utópica unidad de la izquierda´.

De aquellos polvos vienen estos lodos; la atomización de la izquierda es excesiva, y solo se consigue la unión para acciones puntuales, y en algunos casos ni eso; es la iniciativa popular la que dirige el movimiento. Algo de esto hemos visto en los últimos tiempos.

Pero no podemos seguir así, poco a poco vamos siendo minoría, en España y en Europa, de ahí que no puedan llevarse a cabo algunas de las propuestas de Hollande que vaga en Europa sin apoyo; mejor nos irían las cosas si hubieran otros dirigentes de izquierdas.

Creo que es necesario que haya un debate en el seno de la izquierda, que se organice una Quinta Internacional (el nombre me lo sugirió el otro día un buen amigo), en la que se olviden viejas cuitas que no nos llevan a nada, y se elabore un Programa Común, exportable a Europa para su debate, en el que se recoja el ideario de la izquierda, de todos los que quieran sentarse: PSOE, IU y demás partidos y movimientos progresistas (aquí no sobra nadie, solo los que se autoexcluyan). Ya sé que no es tarea fácil, pero, por lo pronto, el hecho de sentarse ya será un éxito, un paso de gigante. Para esto, en una primera fase, será necesario buscar la unión, los puntos mínimos que nos lleven, en un principio a la unidad de acción; será imprescindible poner el interés general por delante y dejar de lado el particular. Esto es difícil, lo sé, pero habrá que superarlo poco a poco e ir avanzando sin desmayo hasta el objetivo común: la unidad de la izquierda.

No hay que dudar de que por el camino se quedará gente, especialmente los ´centrados´ que creen que no hay que ir demasiado lejos, pero si no nos planteamos ´lo imposible´ no conseguiremos lo posible´; y en la hora de la Izquierda, la Utopía, los centrismos y similares no son ni chicha ni limoná, no tiene cabida la Nueva Izquierda, la Izquierda del futuro. Muchos militantes, simpatizantes y personas independientes, están esperando que se dé este paso y lo agradecerán. Seguro. 

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