lunes, 12 de noviembre de 2012

¿Saldremos de este galimatías?

"Puesto que Gobierno y oposición están negociando una solución a los desahucios, debería considerarse: 1. que no hayan más hasta que no acabe su trabajo dicha comisión, y 2. que ésta sea diligente y encuentre pronto una solución que acabe con este drama"

GABRIEL GARCÍA SÁNCHEZ Increíble, pero cierto. Andaba el pueblo llano de este país fastidiado, después de la caída de Lehman Brothers cuando, poco a poco, se fue liando la madeja de tal forma que, a estas alturas, no sabemos qué carta toca jugar. Si nos sirve como ejemplo, el FMI, a la vez que lanza mensajes ante el G-20 sobre que una austeridad prolongada puede ser peligrosa para los países del sur de Europa, está ´casi´ obligando a España a que pida el rescate ya.

La famosa, pero nefasta modificación de la Constitución española, realizada con nocturnidad y alevosía, para introducir el ´déficit cero´, incluía la obligación de que España bajara su déficit un 3% cada año, un 6% en dos años. Esta cifra, para un país como el nuestro, que tiene valores aceptables de déficit y deuda, pero un paro altísimo, era 1. inalcanzable; 2. cuanto más se bajara el déficit más paro se generaría. Y eso es lo que está ocurriendo: los 4.500 despidos que anuncia Iberia (el 25% de su plantilla), son un pequeño indicador de que el desempleo va en aumento y nos acercamos peligrosamente a los seis millones de parados. Menos mal que la ´sensible´ Merkel nos ha concedido la licencia de que el déficit se baje en tres años „sigue siendo insuficiente„ en lugar de dos, ¡menos mal! ¿por qué tanta prisa? ¿no podría hacerse en más años y realizar a la vez políticas de crecimiento?

Ahora, casualmente ahora, cuando la prima de riesgo ha subido hasta los 450 puntos básicos, lo que hace que el interés de la deuda de España se sitúe en valores próximos al 6%, no sé por qué regla de tres nos fuerzan a pedir el rescate „¿casualidad?„ ni se nos deja capacidad de decisión para elegir, en su caso, cuándo pedirlo.

Un colega mío, mucho más experto en estas cuestiones, opina, y no le falta razón, que en la Unión Europea no es razonable que unos países, como Alemania, coloquen su deuda al 1% mientras otros, como España, lo hagan al 5%-6%. No se trata de que el interés sea el mismo para todos, pero sí de que la orquilla sea más estrecha; para esto bastaría con que otros „o todos, si es posible„ los países de la UE avalaran la deuda (eurobonos).

Y si está la cosa así por Europa, cuando entramos en España la claridad tampoco invade nuestros ojos, porque lo primero que nos encontramos es que el Gobierno ya empieza a reconocer que los presupuestos de 2013 no se van a cumplir. Y estoy seguro de que las modificaciones que se incluyan no van a ir en la dirección de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos más necesitados; más bien creo que se pegarán algunos pellizcos más a salarios y/o pensiones. Reconozco que me encantaría equivocarme y que lo que se tocara fuera, por ejemplo, la imposición para hacerla más progresiva.

Otro problema, problemazo, que ha saltado a la palestra es el de los desahucios. A familias que no tienen un mínimo para vivir y no pueden pagar sus hipotecas las están dejando en la calle, lo cual, en algunos casos, ha sido la gota que ha colmado el vaso, lo que ha dado lugar a que se produzcan los primeros suicidios. Los poderes públicos, además de cumplir con el déficit, tienen la obligación de que sus ciudadanos tengan un trabajo y una vivienda digna (las tres cosas están en la Constitución), pero han estado totalmente insensibles hasta que el problema los ha sobrepasado. Obviamente, la indignación popular es tremenda y la cosa puede ir a más. A mucho más.

Puesto que Gobierno y oposición están negociando una solución a este problema, debería hacerse lo siguiente: 1. que no hayan más desahucios hasta que no acabe su trabajo la comisión constituida ad hoc; 2. que la comisión sea diligente y encuentre pronto una solución que acabe con este drama.

La situación, en general no puede ser más compleja, empezando por la europea, que me recuerda al médico que le receta a su paciente un tratamiento que le hace empeorar cada día hasta que se muere. Ante el fallecimiento, lo único que se le ocurre decir al galeno es: «Qué mala suerte, si llega a aguantar dos días más se cura del todo».

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2012/11/12/saldremos-galimatias/438487.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario