Esther Clavero Mira (Profesora de Sociología de la UMU)
Gabriel García Sánchez (catedrático de Química Inorgánica de la UMU)
La inacción en la que se encuentra el Gobierno no sólo prolonga la situación de inestabilidad social, sino que además, y por si fuera poco, aviva la frustración de nuestros jóvenes. Así, como bien decía Larra hace más de un siglo, <<mientras la ley no esté de acuerdo con la opinión pública, el duelo será una consecuencia forzosa de esta contradicción social>>.
Es asombroso que en lugar de tomar medidas para motivar el empleo, y en especial el juvenil, para crear un escenario de oportunidades en España, a nuestro Gobierno no se le ocurra otro plan que sugerirle a nuestros jóvenes que se marchen en busca de oportunidades, porque el destino que les espera en España va a ser de decepción. Muchos recordaos las 'brillantes' declaraciones de George Bush Jr. sobre los incendios en los bosques, con 'mucha lógica', venía a decir que <<cada vez habrá menos incendios porque quedarán menos árboles>>. Esta idea, aparentemente se reproduce cuando se invita a los jóvenes a marcharse al extranjero, sin beca, sin ninguna ayuda, poniéndoles la 'alfombra roja' por tierra, mar y aire para que busquen oportunidades en otros lugares, ya que nuestro país no es capaz de ofrecerles esas oportunidades que las generaciones anteriores les prometieron.
Es evidente que si no hay jóvenes en España no habrá desempleo juvenil. A esta incitación a la emigración exterior la ministra Fátima Báñez prefiere llamarla 'movilidad exterior'. Así, mientras la emigración se dispara a nivel de hace cuarenta años, maquillan estas políticas en materia juvenil con la propuesta de que se elaborará un Plan para el retorno de estos jóvenes en el futuro; si es que vuelven.
Entendemos que el Gobierno estará tirando la toalla si permite que se nos fuguen por la frontera en forma de jóvenes, todos los impuestos que hemos pagado para que la igualdad de oportunidades en la educación sea una realidad; si les permiten que emigren las mejores cabezas, los mejores talentos, que son quienes tendrán que proyectar nuestro futuro, y si se resigna a dejar, por egoístas y prácticos, que se nos escapen por las fronteras quienes en un futuro -en un país demográficamente envejecido como es España- pagarán nuestras pensiones, nuestra sanidad pública, nuestra educación y nuestro Estado de Bienestar.
Son los jóvenes quienes con ideas innovadoras, emprendiendo, formando parte de las empresas, investigando, trabajando deben formentar y propiciar el cambio de modelo productivo que tanto necesitamos. Si continúan las políticas actuales recordaremos a esta amplísimo contingente de jóvenes 'invitados' a la emigración como la Generación Frustrada.
Muchos no nos resignamos, y nos negamos a asumir que nuestros jóvenes, una de las generaciones mejor formada y preparada en muchas décadas, tenga que marcharse por obligación en busca de oportunidades, aquellas que nuestro país es incapaz de ofrecerles. Nos negamos a asumir esta posición derrotista vestida demagogicamente de un halo optismista. Creemos que es mucho más práctico para nuestro futuro invertir para que España se convierta en un país con un escenario de oportunidades similar al de otros países de su entorno.
Sólo hay que conocer un poco la historia de los movimientos migratorios para saber que el retorno es muy complicado cuando no va unido a una ayuda económica porque, a la vuelta, a los emigrantes, sólo les esperará el vacío, el paro o el subempleo. En estas condiciones, y a las pruebas nos remitimos, no volverán jamás porque preferirán quedarse en el país de acogida, el que los recibió, los formó y en el que encontraron una vida plena, porque es de bien nacidos el ser agradecidos, por mucho que tire el país natal.
Pero, además, perderemos la posibilidad de que las nuevas generaciones rejuvenezcan y regeneren España, un país con grandes necesitades de cambio y renovación. ¿Quién se permitirá la licencia de hablar de I+D+i, si se deja marchar a los actores del cambio de modelo productivo? ¿habrá que decirle adiós al esperado por necesario 'cambio de modelo productivo'? ¿caminamos hacia una situación similar a la posguerra?.
Cuando decimos que no podemos resignarnos nos referimos a que hay que actuar ya, mañana es tarde, ¡con urgencia! y la primera medida debe ser detener la hemorragia, cortar la sangría de jóvenes forzados al exilio. En la tardanza suele estar el peligro, y no se está reaccionando; es más, este gran problema actual y de futuro, el Gobierno lo ha dejado al pairo, quizás creyendo que no será responsable de lo que pase en el futuro. Seguro que por su ineptitud nos pasarán la cuenta, y tendremos que pagarla con muy altos intereses de demora.
El exilio produce una profunda sensación de desamparo,
de vivir a la intemperie.
Juan Gelma
de vivir a la intemperie.
Juan Gelma