martes, 26 de febrero de 2013

El estado de la sinrazón


El debate sobre el estado de la nación, aplazado desde junio del año pasado, se ha producido en el peor momento de nuestra joven democracia, cuando existe una gran crisis que se puede resumir en tres palbras: paro, corrupción y malestar.
Las cifras de paro son astronómicas, seis millones de parados. En 2012, ¡el año del déficit, el Gobierno fijó una cifra inicial del 4,8% del PIB, que revisó al alza hasta llevarlo al 5,4%; finalmente, Bruselas aumentó la estimación hasta el 6,3%. Rajoy se apuntó como un triunfo que en 2012 había descendido por debajo del 7%. Un simulacro de la película La Carrera del Siglo, con Jack Lemmon, porque no habían dado una en el clavo. El PP es experto en vender sus fracasos como éxitos, porque la cifra final quedará muy por encima del 4,8% (el 6,7%), y sin contar el rescate bancario que elevaría el déficit hasta el 10,3% del PIB. Otra mentira disfrazada de verdad.
Pero, ¿qué precio hemos pagado por esto? 850.000 parados más; además, en estos momentos, hay más de un millón de familias en las que ninguno de sus miembros trabaja, y por si faltara poco, más del 55% de los jóvenes no tiene empleo: una generación perdida por la ineficacia del sistema. Y no perdamos de vista que las cifras del paro siguen aumentando por miles: 5000 trabajadores de Reyal Urbis y Orozonia se incorporarán a la 'vagoneta del paro' en breve.
Es indudable que hay que ser de una casta especial para subirse a una tribuna, dar estos resultados, y echarle la culpa al de atrás; parece ser que el 'año cero' para la derecha española es aquél en el que ganó Zapatero, como si Aznar hubiera dejado las listas del paro limpias, pero lo peor de todo es que aquellos que sufren el paro y estaban siguiendo los resultados del debate esperarían algún atisbo de solución de sus problemas. Pues nada, se fueron a casa de vacío.
Mientras tanto, los interminables casos de corrupción que empantanan el paisaje español están 'de rositas' con el dinero obtenido por métodos ilícitos. Los Bárcenas y Urdangarin, mientras el pueblo se muere de hambre, no tienen empacho en irse los fines de semana a relajarse esquiando. Y que no se le ocurra a la Justicia imponerles fuertes medidas cautelares, que parece que no hay todavía suficientes razones para ello.
Si todo lo anterior, que no es poco, lo aderezamos con el desmantelamiento del Estado de Bienestar, que pronto se llamará el Estado de Malestar con la privatización total de todo lo público y el desprestigio de los pocos servicios que vayan quedando, dejaremos a las generaciones futuras algo muy parecido a un paisaje lunar.
Así, aunque se diga que no hemos pedido el rescate, es un hecho que estamos intervenidos y condenados a seguir la senda del descenso del déficit, si queremos ser buenos y que Bruselas nos siga 'tutelando' en nuestro viaje a ninguna parte. Nuestro presidente seguirá en su sitio pese al compromiso que tiene con los ciudadanos, su programa electoral, que debe estar arrumbado en un rincón perdido.
Llegado este momento, caben dos soluciones: 1. entrar en depresión total y el hastío ciudadano; 2. decir con fuerza ¡basta ya! no nos creemos que no haya otras formas de gobernar. Esto último es lo que procede; no podemos permanecer quietos mientras otros deciden nuestros destinos. No se puede tolerar que la desigualdad vaya en ascenso; además, hasta el menos entendido sabe que ésta es un pésimo punto de partida para el crecimiento, porque éste tiende a ser proporcional a la riqueza de cada uno, y sucede con mucha frecuencia que el dinero del crecimiento, como si lo repartiera un 'anti-Robin Hood', va a parar a los bolsillos de los que más tienen. Si el presidente del Gobierno tuviera un mínimo de empatía y sensibilidad por la ciudadanía, sin esperar más debería convocar elecciones y abandonar lo más rápido posible la Moncloa, dejando incluso sus enseres personales por respeto a los miles de dramas familiares. 
Nos atrevemos a decir, sin tapujos, que estamos ante un Gobierno en fraude de Ley porque no está cumpliendo su programa; pero lo peor de todo es que no asume sus fracasos y que piensa que puede actuar con total impunidad dejando a los delincuentes, Bárcenas-Gürtel, círculo fatal en el que está metido Rajoy, así como su ministra de Sanidad, el ínclito Sepúlveda, y algunos más que deberían salir si hubiera voluntad política de asumir responsabilidades, y no encomendarse al destino, al olvido, y a que finalmente nuestra lenta Justicia (especialmente con los que más tienen), termine por cometer la fatal injusticia que los malpensados esperamos.
Es el turno de una nueva generación de políticos y políticas que piensan que se pueden hacer las cosas de otra forma, y es hora de que aquellos que nos han conducido a esta situación que no sufren en primera persona dejen voluntariamente paso a quienes tienen la sensibilidad y energía suficiente para escuchar a la ciudadanía.
Cuando un hombre estúpido hace algo que le avergüenza, siempre dice que cumple con su deber.
Bernard Shaw

jueves, 21 de febrero de 2013

Momentos decisivos y de crecimiento de la corriente en Murcia

Es posible que estemos en un momento decisivo para el futuro del PSOE y, por tanto, del PSRM.

En el seno del Partido Socialista conviven dos corrientes ideológicas claramente diferenciadas.

Una de ellas, que se puede llamar Social-Liberal, asume el dogma neoliberal, y en ella están presentes la casi totalidad de los dirigentes nacionales y regionales. Voces discrepantes como Carme Chacón o Tomás Gómez han acallado sus protestas para integrarse en la parte "centrada".

La otra fracción, que defiende Izquierda Socialista y el Grupo de Odón Elorza, reivindican un Socialismo Democrático, moderno, y es mayoritaria en las bases.
De que sea una u otra la mayoritaria en el PSOE, va a depender el futuro para bastantes años del Socialismo Español.

En Murcia nadie podrá negar que la corriente IS no es transparente. Entra el que quiere sin restricción; vaya, que no se somete a nadie a la prueba del ADN. Lo mismo ocurre con los que quieren ser simpatizantes, se aceptan a todos los que dicen "me gusta" sin excepción. Hacemos las reuniones en Princesa. TRANSPARENCIA total. ¿Y sabéis por qué?, porque no tenemos nada que esconder y lo que comentamos lo haríamos delante cualquiera. Y otra cosa, gracias a la transparencia que hemos introducido, le hemos quitado trabajo a la prensa aunque, probablemente, otros mantienen sus reuniones: las detestables mesas de camilla a las que nosotros no nos prestamos.

Hemos pasado en nueve días de 633 a 666 simpatizantes a nuestra corriente IS. Vuelvo a repetirlo, no quiere decir, ni mucho menos, que hayan 666 militantes adheridos, pero el número hay que tomarlo como un indicador de que el Socialismo Democrático, como grupo de izquierdas dentro del PSRM, sigue aumentando a pasos agigantados.

Si tenemos en cuenta que nuestra corriente se constituyó con tres personas en noviembre de 2013, y sólo hemos visitado 3 agrupaciones -iremos a cuatro más antes de Semana Santa-, y esperamos visitarlas casi todas antes del verano, tenemos que dar por muy bueno el crecimiento de IS. Una corriente que, por lo que hemos comprobado hasta ahora, tenía una militancia latente que ahora se está haciendo realidad.
Qué buen rato pasamos presentando el Proyecto de IS, y discutiendo con los compañeros/as de la agrupación de Totana. En ella estuvieron, además de Andrés, que es el reciente SG, el portavoz municipal, algún concejal más y el compañero Alfonso Martínez Baños. También queremos darle las gracias a Natalia Rubio por organizar el acto, y cómo no, al incombustible Salva, "Basora" para los amigos (excente persona y compañero), que después tuvo la gentileza de invitarnos a una rica cerveza acompañada de embutidos de la zona.

Dos fueron las conclusiones más importantes que se sacaron del debate: 1) los militantes de base, que tantos disgustos nos hemos llevado en las últimas dos décadas, tenemos que alzar la voz, perder el miedo, y transmitir nuestras propuestas a los órganos de dirección Regional y Federal que se encuentran más lejos de la realidad y en posiciones más conservadores, 2) IS se ve como el único instrumento capaz de llevar al PSOE a su posición en la izquierda que nunca debió abandonar. Para ello se cuenta con que las JJSS sean el relevo natural de los que ahora estamos al frente de la corriente.

Compañeras/os, amigas/os, muchas gracias por la confianza que estáis depositando en nosotros. No os defraudaremos.

lunes, 11 de febrero de 2013

Mentiras que se convierten en dogmas

 

Tenemos la impresión de que nos estamos acostumbrando a vivir con más parados y más infortunios. Esto unido a que nos quieren hacer ver que la crisis no es más que un designio divino caído del cielo, sin profundizar con honestidad en el origen y las causas que la provocaron, se convierte en una ecuación lamentable que nos hace caer en la resignación, que es una de las actitudes más miserables que se pueden adoptar en aspectos muy importantes de nuestro devenir cotidiano como es el aumento, casi exponencial, del número de parados, así como el descenso de cotizantes a la Seguridad Social. De ahí que sea imprescindible cambiar el modelo económico-político, para que la ciudadanía entienda que la política es útil.

Desmitifiquemos varias cosas. Primero, existen otras alternativas y soluciones a la crisis; lo que se está haciendo no es lo único posible y debe existir una fuerza política, la Izquierda Europea, que salve esta situación. Una de las fórmulas es que exista un mayor gasto público europeo. En España, el gasto público, al contrario de lo que nos quieren hacer ver, es bastante menor que el de otros países de nuestro entorno. 

Esta situación es insostenible y por eso tenemos que elevar nuestro grito de rabia contenida. Con esto no estamos haciendo una llamada a la Revolución, porque aún creemos en las vías pacíficas, pero el clamor que nos llega de la calle es de total indignación. No podemos mantenernos quietos viendo como la sociedad civil se desangra, y a la vez observando como el número de sinvergüenzas aumenta a la vez que las desigualdades.

Sí que el déficit de hace un año era alto, el 9,3% del PIB y había que bajarlo. Habría que haber pactado una velocidad más moderada de descenso que nos pudiera permitir su reducción con menor sufrimiento, y hacer una profunda reforma fiscal realmente progresiva. 'Recetarle' a un país que tenía a principios de 2012 cinco millones de parados, que bajara el déficit a un ritmo del 3% por año era condenarlo a lo que ha pasado: tener un millón más de parados, el 26% -el 30% en nuestra Región-, a una bajada de salarios, al despido fácil y barato, a una pérdida implacable del Estado de Bienestar, y a aprovechar la coyuntura para privatizar servicios. Un año perdido.

El sentido común, y la consideración de que somos seres racionales y tenemos sentimientos, nos conducen a la conclusión de que es necesaria otra política económica, porque la austeridad nos ha llevado a vivir en un país desestructurado por las desigualdades, que son un problema importante para salir de esta policrisis.

Llegados a este punto, y como la salida del euro no es solución -nos quedaríamos fuera de los fondos europeos y con la peseta habría que hacer una superdevaluación no deseable-, éstas, las soluciones hay que buscarlas dentro del marco de la UE, convenciendo a nuestros estoicos amigos alemanes -que a la calla callando tienen un paro de solo un 6,6%, pero soportan un trabajo totalmente inestable y siete millones de minijobs en los que se cobran salarios un poco por encima de los cuatrocientos euros-, que 'su modelo' no es para estar orgulloso de él y, por tanto, no es deseable ni exportable.

Todo pasa por olvidarse del déficit, porque después de todo el esfuerzo de austeridad que se ha hecho para bajar del 9,3% hasta el 8%, la verdad es que no merece mucho la pena. Es necesario poner en marcha medidas de estímulo de empleo porque el país se nos hunde.

Los 'eurobonos' pueden ser una forma solidaria, pedida por Hollande, para que todos los países de la zona euro vendan su deuda soberana a intereses iguales o al menos parecidos, y no se mantenga una situación como la actual en la que Alemania la vende al 0%, o a intereses incluso negativos, y España lo haga por encima del 5%.

La otra fórmula, la keynesiana, se basaría en poner en marcha auténticas medidas de empleo, con un acceso fácil y barato al euro por parte de los países miembros de la Unión Europea -aunque se produjera una devaluación del euro frente al dólar-; de esta forma, los poderes públicos podrían hacer políticas de empleo y de recuperación de su malherido Estado de Bienestar. Ya sabemos que aumentaría el déficit y la deuda, pero cuando descendiera el paro, con más personas pagando impuestos, el Estado podría plantearse aumentar la fiscalidad para disminuir el déficit.

Pero para esto es necesario que en las próximas elecciones europeas y en las legislativas de los países miembros se produzca un triunfo de la izquierda que sustituya a la plaga neoliberal. Más paro nos llevaría a una situación catrastrófica.

lunes, 4 de febrero de 2013

La corrupción que no cesa


Cuando se pretende hablar de la corrupción en este país te encuentras con la casuística de que el número de sucesos ya nos desborda, incluso las hemerotecas más potentes deben tener problemas para que no se les escape ningún caso. ¡Un desastre!

La mejor forma de conseguir una sociedad transparente y que ahonde en los principios democráticos pasa sin duda por un cambio cultural en todos los ámbitos; en las mentalidades y, por supuesto, en la pobre cultura política que, al día de hoy, existe en el seno de los partidos. Evidentemente, este cambio profundo es un postulado a cumplir en el medio plazo, por lo que de inmediato, debemos conseguir esa transparencia a través de la legislación existente y, sobre todo, de una ambiciosa Ley de Transparencia.

La corrupción política puede evitarse simplemente respetando la legislación vigente, pero como observamos cada día, las leyes se incumplen muchas veces con la connivencia de algunos políticos. Un ejemplo muy claro lo tenemos en la famosa amnistía fiscal y los grandes defraudadores; una ley nada inocente que, como se está viendo en el ya famoso 'caso Bárcenas', da cobertura a numerosos corruptos. No podemos entender esta medida de otra forma que no sea una burla a la ciudadanía, pues supone un oscurantismo político de los mayores que hemos vivido en la democracia. No se hace solamente 'la vista gorda' a una élite muy vinculada a la política y a la economía de nuestro país, sino que se les da una especie de pasaporte a 'precio de saldo' para que esos 'pobres defraudadores' pasen al lado de la legalidad y se igualen a quienes han cumplido y cumplen religiosamente con sus obligaciones fiscales. Y lo peor de todo, hablando de transparencia, en muchas ocasiones, debemos leer la prensa extranjera para enterarnos de qué tipo de corruptelas existen en nuestro país y quienes son sus autores.

Es cada vez más evidente que estamos viviendo una crisis profunda de los sistemas democrático, político y económico por las enormes insuficiencias de las instituciones democráticas. Son aproximadamente 90.000 millones de euros al año los que pierden las arcas del Estado español con el fraude fiscal, dinero que habría evitado una gran cantidad de recortes a las políticas sociales. La ejemplaridad es el camino hacia la conciliación entre política y sociedad. O somos ejemplares y se lo exigimos a las altas esferas de los partidos o conseguiremos que la indignación ciudadana crezca cada día más, dando lugar a que se desacredite toda la clase política por igual -discurso que le interesa instalar a los contrarios a la democracia-, desgastando así a las instituciones representativas y permitiendo que se extienda hasta debilitar el sistema democrático, como ha ocurrido en otras épocas.
Nunca tuvo la clase política tan mala fama. Pensar que una parte es igual al todo es generalizar erróneamente una pequeña visión del total. También es cierto que pocas veces los ciudadanos fuimos tan conscientes del extendido brazo de las corruptelas e inmoralidades con las que nos desayunamos día tras día. Y entonces ¿qué hacemos? ¿abandonamos? ¿lo dejamos? ¿nos vamos? El abandono de quien cree que la participación en política es una noble labor de servicio a los demás supone el aprovechamiento de aquellos que piensan lo contrario y permanecen en ella.

La paciencia ciudadana, en estos momentos en que muchos están sufriendo demasiado, tiene un límite ya muy cercano, y no puede soportar los repartos de 'sobres para todos' entre la clase política, ni escuchar, quedándose tan panchos, cómo el presidente de nuestro Gobierno provoca la hilaridad de la gente cuando afirma de manera solemne en el 'caso Bárcenas' que para resolver el problema de corrupción de su partido van a hacer "una investigación interna y luego una auditoria externa", como si los ciudadanos no supieran que el 'dinero negro' de los sobres, o el que está en Suiza, no consta en la contabilidad del PP. Al día de hoy, la posición de la cúpula del PP es sumamente delicada y su desprestigio, si no se corrige ya, puede arrastrar al país a una situación muy delicada.

Hay que cambiar estas conductas ya, porque los seis millones de parados, y más, están en un estado de indignación-excitación tan grande, que de ahí a la delincuencia organizada o a la rebelión no hay mucho trecho. Que tomen tierra los partidos porque el problema es muy, pero que muy serio. Al tiempo.

¡Ah! se nos olvidaba, sin duda alguna "Hacienda no somos todos".

La conciencia sólo puede existir
de una manera, y es teniendo conciencia de que existe.
Jean-Paul Sartre

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2013/02/04/corrupcion-cesa/452622.html