lunes, 5 de noviembre de 2012

¿Hay alguien ahí?

"La Región es un barco a la deriva con la tripulación durmiendo en sus camarotes. Qué bien se navega con el viento a favor, pero cuando no es así, qué mal se pasa"

GABRIEL GARCÍA SÁNCHEZ Cuando uno se da una vuelta por los despachos de los ´peces gordos´ de las consejerías de la Comunidad, después de tocar en sus puertas sólo escuchas el relajante sonido del silencio. No se ve actividad, lo más que se observa es a los nuevos ´comisarios políticos´, dedicados a controlar el tiempo que tarda un/a administrativo/a, en levantarse para estirar el cuerpo después de una larga sesión de ´ordenata´.

Y uno piensa inmediatamente: ¿qué le habrá pasado a este gran imperio, que lo fue, más que el romano, para que haya llegado a tal estado de decrepitud?

Lo primero que hay que decir es que a un servidor, y a otras muchas personas, se les han olvidado el nombre de los consejeros, y ni les cuento lo que ha pasado con los segundos y terceros escalones; no obstante, hay algunos nombres que se recuerdan, probablemente por su sonoridad. Por ejemplo, Sotoca, que se dedica a la educación no universitaria y no sé si a algo más, porque las competencias de las consejerías cambian cada vez que hay crisis de Gobierno (no la del dinero, que me erizo al nombrarla). Lo más que se observa es a dos o tres personas preparando el argumentario del día; es decir, la cuadratura del círculo: explicar que habiendo una menor ratio profesor/alumno, y menos fondos para educación, sin embargo la calidad de la enseñanza aumenta (!). Y el portavoz de turno no tiene empacho en salir a una rueda de prensa y decir semejante disparate.

Algo parecido ocurre en Sanidad. Hay menos dinero, los pensionistas pagan por los medicamentos, hay menos médicos, camas y quirófanos (me gustaría tener a manos a mis amigas de la Asociación de Usuarios de la Sanidad, porque me dirían una retahíla de cosas aumentando la longitud de este paréntesis).

De medio Ambiente, res de res, de vez en cuando suena una música y detrás de ella una letra que dice: Bahía de Portman, pero tan baja que se confunde con Paramount; te das la vuelta y observas al ínclito Samper, con un candelabro, a la caza y captura del ´jeque perdido y cargado de billetes´.

Menos mal que el bueno de Cerdá mantiene el tipo, pues al fin y a la postre la agricultura es la que nos da de comer, aunque sea poco, pero lo tienen tan recortado que no sé lo que va a hacer aunque buena intención no le falta, y ganas de recibir subvenciones tampoco. ¡Suerte!

No me gusta referirme a la Universidad, porque en este campo el terreno es inhóspito. Por ahí andan Bernal y su ´amigo´ Ballesta convocando a los rectores de la UMU y de la UPCT con el objetivo de cansarlos intentando convencerles: «Que no se preocupen, que el dinero vendrá con premura» ¡Viva Premura!, aunque la cruda realidad hay que buscarla en las portadas del conocido por los más mayores Hermano Lobo: «¿Cuándo vendrá el dinero que se le debe a la UMU y a la UPCT?». «Ahhhuuuuu...». Eso sí, en el despacho de Juan Bernal se oye un estruendoso sonido de tijeras funcionando, lo que hace que empieces a temblar.

Y así de plácida y tranquila, va pasando la jornada laboral de unos servidores públicos que no ha tenido empacho en dejar a los funcionarios sin ´su´ paga extra; una medida inédita, o al menos yo no la recuerdo y ya tengo algunos años. Brindaremos por ellos aunque sea con sidra El Gaitero, que unida a una vacuna de la gripe que han puesto te envían a Urgencias de inmediato

Creo que falta alguien: la Cultura, pero me van a perdonar porque no sé si existe o no y quién es su responsable. Desde luego, si queda algo de ella lo desconozco, o seguiré esperando a ver si aparece por algún lado, y, en su caso, el presupuesto que tiene, si lo tiene.

Seguro que me falta alguien, pero no caigo. ¡Ondia, el presidente! Hasta ahora no había preguntado nada, pero ahora sí que me dirijo en San Esteban a varias personas para preguntarles: ¿Y el presidente? ¿saben dónde están? La respuesta es unánime: «Missing».

Conclusión: la Región es un barco a la deriva con la tripulación durmiendo en sus camarotes. Qué bien se navega con el viento a favor, y qué bien se riega cuándo los pantanos están llenos, pero cuando no es así, qué mal se pasa, y excusa al canto.

Acabo con el archiconocido chiste de nuestra sabia huerta que ilustra lo anterior: va un huertano bajando una cuesta, montado en su burrico, y un amigo, en su afán de ayudar le quiere empujar; el del burro le contesta: «Empújame cuesta arriba, que para abajo ya me las apaño yo».

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2012/11/05/hay-alguien/437142.html

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